¿CÓMO PREPARARNOS?

Para que las inundaciones causen menos daños se deben tomar medidas de prevención. Básicamente se puede distinguir entre medidas que intentan modificar el medio natural (medidas estructurales, como sería la construcción de un embalse o la canalización de un río) y las que persiguen modificar el comportamiento de la población (medidas no estructurales, como la regulación de la ocupación humana en los espacios inundables).

La construcción de infraestructuras hidráulica es la forma de adaptación más frecuente. Consiste en la construcción de estructuras pensadas para mantener o almacenar los caudales extraordinarios dentro de unos límites que no supongan un peligro para la población, las infraestructuras y los bienes. Dentro de las diferentes modalidades de obras hidráulicas de defensa destacan la construcción de diques, terraplenes, muros de contención, la canalización del cauce del río, la desviación del curso fluvial y, por encima de todas, la construcción de presas y embalses artificiales. A pesar de que son eficaces, estas obras no proporcionan una protección absoluta y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de planificar el territorio. 

 

 

 

Madera en la puerta de una casa de Canet de Mar para que el agua no entre en la casa en caso de riada

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Otra medida contra las inundaciones se refiere a las actuaciones de corrección hidrológico-forestal, que persiguen la restauración forestal y el tratamiento de los suelos como medio de control de la infiltración en los episodios de precipitaciones extraordinarias.

Una tercera medida es la regulación de los usos del suelo en los sectores inundables. Se intenta, reducir la concentración de personas, actividades y bienes en estas áreas. El éxito de esta medida, no obstante, depende del planteamiento territorial y urbanístico y la voluntad política para llevarla a cabo.

Una última medida son las modificaciones en los edificios. Estas pueden ser estructurales o no estructurales. Puede ser la elevación de la planta de los edificios o eliminar las vías de penetración del agua. Las modificaciones no estructurales son, por ejemplo, la impermeabilización de bienes potencialmente expuestos al agua, la instalación de dispositivos que eviten la entrada de agua dentro de las casas o cambiar de lugar los objetos para que no se dañen.

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Frente a los riesgos naturales los comportamientos individuales y colectivos son importantes para protegernos. En estos enlaces tienes una serie de recomendaciones:

Barcelona es actualmente la sede mundial del programa de resiliencia urbana de ONU-Hábitat, que trabaja para aumentar la resiliencia y tener ciudades mejor preparadas para afrontar crisis que afecten servicios e infraestructuras. Visita la página web de ONU-HABITAT para estar al día de sus proyectos.

Como ya dijimos en el apartado ¿Corro pelígro? Barcelona es ciudad modelo en resiliencia. Visita la página web de la campaña ‘Making Cities Resilient’ que promueve la UNISDR para que las ciudades sean más resilientes.

¿Sabías que la ciudad tiene 1.834 km de red de alcantarillado. Por esta red pasan, cada año, 150 Hm3 de agua, también existen 78 km de red de aguas freáticas. Además, en Barcelona la construcción de depósitos pluviales ha sido clave para la prevención de inundaciones. Barcelona Cicle de l’Aigua SA tiene un sistema de vigilancia a lo largo de toda la ciudad mediante pluviómetros y limnímetros (sensores de la altura del agua). Todo se gestiona desde la sala de control.

  • Garaje al final del cinturón de la Ronda, inundación del 15 de noviembre de 1983. Fuente: Archivo Rosa. BCASA.
  • Alcantarillado en Paseo de Sant Joan. Fuente: BCASA
  • Deposito pluvial Joan Miró. Fuente: BCASA
  • Centro de control. Fuente: BCASA
  • Rieras y Ramblas en Barcelona. Fuente: BCASA

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